En la primera fase de la pandemia por COVID, el transporte de pasajeros dejó de prestar servicios en un 80% y a la fecha se han recuperado en 55 por ciento. La AMTM anticipa que esa demanda difícilmente se volverá a recuperar, por lo que evolucionar es el máximo reto del sector.
De acuerdo con Nicolás Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), los usuarios dejaron de usar el transporte público por temor a los contagios y entre 2020 y 2021 el sector tuvo pérdidas por uno 40 mil millones de pesos.
La caída de la demanda también dejó en evidencia el rezago que hay en el transporte público con una flota en la que predominan las unidades obsoletas, altamente contaminantes y la mala calidad en el servicio.
Rosales señaló en el Encuentro Virtual ANPACT que “en el país hay aproximadamente 450 mil microbuses con antigüedad de más de 20 años, nada más en la Ciudad de México tenemos 12 mil”.
Para el directivo, la única solución es evolucionar en los modelos de negocio a las empresas de transporte con unidades modernas, capacitación de operadores, sistemas de recaudo y controles administrativos, sistemas de gestión de la flota y de su mantenimiento.
Evolucionar también en inversiones
El esquema del hombre-camión está agotado y se prevé que en la era postpandemia no se va a recuperar cerca del 20% de la demanda perdida debido a las nuevas formas virtuales de trabajo, estudio y de hacer negocios y a los servicios de vehículos de transporte con conductor.
El transporte público no está entre las prioridades de inversión estatales ni federal, en lo general, aunque la modernización de unidades con nueva tecnología impacta en la calidad de vida de los mexicanos y en la industria productora de esos vehículos, así como en la de autopartes.
“En la recuperación del sector tendremos distintos temas que abordar, pero es importante tener sistemas y modelos de transporte cómodos rápidos, confiables y sostenibles y sustentables que permitan tener un mejor desarrollo en los centros de población, que impactan directamente en el calidad de vida de las personas y para eso hay que reconocer el transporte público como un componente esencial”.