Los concesionarios de la Ruta 17 de la Ciudad de México, integrados en la organización Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), informaron que tienen una mayor limpieza en sus unidades ante la emergencia generada por el COVID-19.
Adicional, utilizan uniformes y tienen conductas de servicio más empáticas con los usuarios, además de que están haciendo un mayor esfuerzo económico para mantener la consistencia del servicio sin reducir el número de unidades, no incrementar el precio del pasaje y, sobre todo, cooperar con las medidas de prevención de riesgos para los pasajeros.
Ante eso, satitizan las unidades minutos antes de ser abordadas, y brindar a los usuarios gel antibacterial.
Con esto, se cumple con el primer punto del acuerdo firmado por los transportistas y la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, en el que los operadores “deberán portar de forma permanente el uniforme con el logotipo de la ruta o empresa donde presten su servicio, y participarán en los programas de profesionalización que incluyen áreas como capacitación y sensibilización en temas fundamentales de la agenda social”.
Alberto Monroy, secretario general de la Ruta 17, indicó que al cumplir con esta parte, esperan que a cambio se cumpla la promesa de un incremento de tarifa o subsidio, además del bono de chatarrización para quienes busquen renovar sus unidades que, en este momento, por el impacto económico y la carencia de una tarifa técnica, es casi imposible poder comprar un autobús que cuesta arriba del millón de pesos.