Control de temperatura en la logística farmacéutica: clave para una distribución segura

Control de temperatura en la logística farmacéutica: clave para una distribución segura
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La distribución de medicamentos sensibles a la temperatura y de las vacunas representa un desafío continuo. Por ello, el control de temperatura es un factor primordial para asegurar que los productos se mantengan dentro de los rangos térmicos establecidos durante todo el proceso de transporte.

Los desafíos aumentan por la creciente regulación y los estándares impuestos por organismos como la FDA, EMA y COFEPRIS, que están endureciendo los requisitos para la distribución de productos farmacéuticos.

Estas entidades exigen mayor trazabilidad y control de temperatura.

La gestión adecuada de la cadena de suministro se torna más exigente para evitar complicaciones legales y operativas.

«No podemos dejar nada al azar cuando se trata de medicamentos sensibles a la temperatura», señala Marcel Souza, gerente de producto de Thermo King LATAM.

Según el Instituto IQVIA para la Ciencia de Datos Humanos, la industria biofarmacéutica en el mundo enfrenta pérdidas cercanas a los 35 mil mdd anuales debido a fallos en la cadena de frío.

Esta cifra refleja no solo los daños directos a los productos, sino los costos adicionales por pérdidas de productos farmacéuticos dañados y su reposición, así como por la interrupción de la cadena.

Soluciones

La telemática se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para mejorar estas operaciones.

“A través de sistemas de monitoreo basados en sensores, las farmacéuticas, distribuidores y operadores logísticos pueden obtener datos en tiempo real sobre la temperatura de la carga, la humedad y otros factores relevantes.

Estos dispositivos se instalan en los vehículos de transporte, conectándose a una plataforma central que proporciona información en tiempo real sobre el estado de cada envío”, señala Souza.

La telemática proporciona datos en tiempo real sobre las condiciones dentro de los vehículos y la carga, permitiendo rastrear la temperatura y detectar fallos antes de que se conviertan en un problema.

Contribuye también en la optimización de la gestión de combustible y reduce los costos operativos, contribuyendo a crear flotas más eficientes y sustentables.

Esta trazabilidad reduce el riesgo de pérdidas y optimiza el rendimiento de las flotas y la eficiencia operativa.

A medida que la tecnología avanza, la cadena de frío se vuelve más inteligente.

Los sistemas actuales no solo informan en tiempo real, sino que ya comienzan a incorporar algoritmos predictivos e inteligencia artificial para anticipar posibles fallos y sugerir soluciones proactivas.

 

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