Ingeniería vehicular es obligación de transportistas profesionales

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Alex Theissen, presidente de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), concluyó que, para sacar ventaja de la electrónica, comunicaciones y enlaces satelitales, “los transportistas profesionales tenemos la obligación de hacer ingeniería vehicular, diseñar bien lo que voy a utilizar para tener una operación segura, eficiente, productiva y constante”.

Este es el mejor momento para hacer la ingeniería vehicular que nos de uptime, seguridad vial, rendimiento de combustible y el mejor vehículo con mayor capacidad de carga. La tecnología que tenemos en México es la mejor que está disponible en el mundo, agregó.

La ingeniería vehicular fue el tema del webinar de ANTP en el que Ricardo Cortázar, socio fundador de la consultora técnica en logística Innotran, explicó que para definir el costo total de propiedad (CTP) de un vehículo se deben estudiar las cualidades del activo, gastos de combustible, mantenimiento y la productividad que ofrece en capacidad de carga y días de actividad.

Con la ingeniería vehicular es posible hacer un diseño detallado de la unidad motriz y de la unidad de carga considerando el tipo de carga a transportar, la ruta y los tiempos de traslado. Al tiempo que se gana eficiencia también aumenta el CTP cuando hay disminución de peso del vehículo, se favorece la aerodinámica y se eligen las llantas que tengan menor resistencia al rodamiento.

Señaló que la incorporación de estos elementos también debe ser en el remolque o equipo aliado a fin de aumentar el rendimiento integral del vehículo. “Lo importante es valorar cómo ayuda la ingeniería a optimizar los costos logísticos”, subrayó.

Ricardo Cortázar indicó que la ingeniería vehicular es propuesta de las OEM para ofrecer vehículos competitivos en general, aunque el diseño de una unidad también se puede hacer más particular de acuerdo con los requerimientos del cliente y con base en los productos que existen en el mercado. Un tercer nivel es cuando se necesitan otro tipo de ventajas competitivas en el vehículo y se desarrolla algo que no existe en el mercado.

Theissen y Cortázar puntualizaron que en México ha sido posible hacer ingeniería vehicular con el desarrollo del Dolly H.

En una encuesta realizada con participantes del seminario se concluyó que el 31.71% de los usuarios ha adquirido sus unidades con base en la oferta del mercado y 24.39% por diseño específico; 19.51% de desarrollo y 24.39% de manera mixta.

 

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