Pequeñas que piensan en grande

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Con la nueva generación de transportistas, los llamados hombre-camión (ahora micro-empresarios) y las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) hoy buscan crecer y entrar a la formalidad, además de cumplir con las regulaciones que el sector requiere para hacer rentables sus negocios y crecer al ritmo de sus clientes.
 
La creciente competencia, los avances tecnológicos y la demanda de los usuarios del transporte de obtener un servicio eficiente al menor tiempo posible ha llevado a este sector empresarial -que ocupa más del 99% de participación en la industria, de acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT)-, a profesionalizarse y, por tanto, elevar la rentabilidad de los negocios.
 
De no hacerlo, corren el riesgo de desaparecer en el intento. Estadísticas de la SCT indican que hasta 2017 se registraron en el país más de 144,000 hombre-camión y PyMES del autotransporte federal, que alcanzan un parque vehicular de 645,541 unidades.
 
Oscar Sánchez Onofre, jefe de la Unidad de Profesionalización de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), uno de los organismos que difunden el tema, a través del distintivo “Transportando al país, transportando a México”, afirma que llevar a otro nivel a este sector es ir poco a poco, ya que prácticamente no tiene interés en la capacitación.
 
“En 2016 hicimos un análisis de más de 200 organizaciones micros, pequeñas y medianas, de las cuales el 99% no tiene implementados algún programa de actualización, además de que ven la capacitación como un gasto y no como una inversión”, apunta. Sin embargo, añade, que, gracias a la labor de Canacar se ha avanzado en este proceso, una vez que implementó el distintivo en 2016 que reconoce a las empresas que cuentan con procesos, políticas, programas y acciones que contribuyen a la profesionalización del sector.
 
“El objetivo es mejorar la competitividad de la industria, promoviendo que las compañías de autotransporte de carga adopten prácticas que contribuyan a que su operación sea cada vez más profesional, eficiente, segura y competitiva, así como impulsar y fortalecer la cultura de legalidad, responsabilidad social y calidad en el mercado”, señala.
 Adiós a las sanciones
Otro de los puntos favorables de contar con una capacitación constante es que se pueden evitar multas. Por ejemplo, si la organización tiene una inspección de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y no cuenta con la constancia de competencias o habilidades laborales -mejor conocida como DC3, que establece por ley capacitar al personal una vez al año-, se hace acreedora a una multa que supera los 250,000 pesos.
 
“Este tipo de sanciones son comunes entre las micro y pequeñas empresas, que desconocen que deben capacitarse y es una obligación ante la STPS”, afirma Sánchez.
 
En la parte de operación, el especialista asegura que una compañía que está actualizada es capaz de alcanzar ahorros significativos en el consumo de combustible de las unidades, mejora la conducción de los operadores, se aprovechan las tecnologías de las flotas e incrementa la seguridad vial, entre otras acciones.
 
En el periodo 2016-2017, a través del Distintivo Canacar, son más de 3,817 personas capacitadas de alrededor de 334 empresas. Sólo en 2017, se sumaron 134 nuevas compañías; mientras que para el cierre de 2018 se espera la incursión de 150. En su mayoría, son hombres-camión y PyMES.
 Experiencia e innovación
La trayectoria y reconocimiento de su padre en el tema del autotransporte de carga, José Refugio Muñoz, que ocupa la dirección general de la empresa y también es vicepresidente ejecutivo de Canacar, ha puesto a los hermanos Muñoz Mortara (Carlos y Paulina) en la mira de la profesionalización, al pertenecer a la nueva generación de empresarios del sector. 
 
Desde su surgimiento hace 10 años, Transportes Mumor busca la combinación de innovación con la experiencia, siempre con la directriz de ofrecer un servicio de calidad a los clientes con tarifas competitivas. 
 
“Al principio operamos con un socio, pero desde hace cuatro años mi hermana y un servidor entramos de lleno a la administración y operación de nuestros camiones, que actualmente suman 13 unidades. Esto significa que crecimos alrededor de 200% en este periodo”, afirma Carlos E. Muñoz Mortara, jefe de Mantenimiento. 
 
Reconoce que esta etapa ha sido crucial, al estar en el proceso de capitalización de la compañía, en un periodo de inversión y de establecimiento profesional. El éxito, dice, está basado en mantener una actualización continua, y “al ser dos personas jóvenes tenemos una visión joven y fresca; vemos las áreas de oportunidad, queremos innovar y al mismo tiempo trabajar con la guía de nuestro papá y socio, quien fomenta e impulsa la profesionalización”. Añade que cuentan con el distintivo “Transportando al país, transportando a México” que otorga Canacar. 
 
Por el momento, han concluido el nivel básico e intermedio, y este 2018 terminarán el avanzado. El implementar la capacitación como una prioridad, les ha permitido cumplir con los estándares que requiere la industria y los clientes, como el sistema GPS y paro de motor, debido a cuestiones de inseguridad en carretera, y todos los operadores deben tener Recurso Confiable para asegurar el mejor servicio de manera honesta y eficiente. 
 
Finalmente, Muñoz Mortara advierte que “la visión a corto y mediano plazo es establecernos con los clientes que tenemos, con una flota moderna, y la cual hoy en día no rebasa los tres años de antigüedad”.
 De empresa familiar a profesional
El fallecimiento de su esposo hace 16 años, llevó a Rocío Flores a conservar el negocio familiar: Transportes Belmont. En un inicio, tenían dos camiones; al tomar las riendas y al destruirse una de las unidades, tomó la decisión de seguir y optó por adquirir una nueva.
 
Ante la falta de capacitación, la compra no estuvo basada en el Costo Total de Operación. Ahora, tras esa experiencia y su profesión de contador, avanza en el camino a la profesionalización. Desde el año pasado, Transportes Belmont cuenta con el Distintivo Canacar, y trabaja para ser más eficiente.
 
El obtener dicho reconocimiento, a decir de Leticia Flores, colocó a la microempresa en otro sitio. “Aprendimos a exprimir mejor el servicio que brindamos y a comprar de una forma más analizada”. Actualmente, suman cuatro unidades, con GPS (geolocalización), que adicional a visualizar los trayectos, arroja reportes de rendimiento y “nos ayuda a tomar decisiones sobre las rutas más seguras”; además, los conductores aprovechan las tecnologías de los camiones y su operación es más segura.
 
“Con la profesionalización nos sentimos más capaces en la actividad que realizamos, con una visión de crecimiento más controlada, haciendo equipo con los clientes a pasos firmes”, concluye.
 
 

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