Adoptar un enfoque integral hacia una logística verde con el uso de nuevas tecnologías, vehículos de combustibles alternativos y prácticas más eficientes para reducir la huella ambiental son claves para cimentar un futuro más limpio y sostenible.
La puesta en marcha de la logística verde es también una oportunidad para optimizar los costos operativos y mejorar la competitividad de las empresas mexicanas en un mercado cada vez más orientado a la sostenibilidad en todos los ámbitos.
Al emplear sistemas avanzados de gestión de rutas se disminuye el consumo de combustible reduciendo los costos y minimizando el impacto ambiental.
En tanto, una adecuada planeación también reduce el número de viajes, lo que representa menos emisiones.
Las prácticas de logística verde ayudan a las empresas a cumplir con las regulaciones ambientales, mejorando su posición legal en el mercado y demostrando un compromiso genuino con la sustentabilidad.
Estas acciones brindan a las empresa una mejor reputación e incrementa la lealtad de los clientes, señaló Ernesto del Blanco, director de ELAM-FAW , representante en México de la marca asiática de camiones de carga FAW.
Un compromiso con el cambio
En los últimos años, las empresas internacionales que optan por establecerse en México han comenzado a exigir a sus cadenas de proveedores y servicios la implementación de prácticas sostenibles como parte integral de sus operaciones.
Esta exigencia responde al imperativo global de integrar la sostenibilidad en la cadena de suministro.
También atiende a la demanda de los consumidores que optan cada vez más por productos y servicios que demuestren su compromiso con el cuidado del medio ambiente.
El uso de vehículos de carga con motores más amigables con el medio ambiente que minimicen los costos operativos son un factor clave para implementar prácticas de una logística más sostenible.
La tecnología avanzada de telemática e Internet de las Cosas (IoT) para monitorear las flotas de vehículos de carga en tiempo real, contribuye a optimizar las rutas de transporte y a reducir de manera significativa el consumo de combustible.
Esto se traduce en un transporte más sostenible y eficiente, una reducción de huella de carbono, así como una mejor experiencia para el cliente.