Si bien las recientes modificaciones al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) tienen mayor impacto hacia la industria acerera, una vez firmado el acuerdo dará mayor certidumbre a las inversiones realizadas en el sector automotor.

Eduardo Solís, presidente de la AMIA, enfatizó que la regla del acero ejerce una presión particular sobre los acereros para que el planchón sea mexicano, estadounidense o canadiense, pues actualmente este elemento puede venir de Brasil, México o de cualquier otro lugar, ya que aún estamos bajo los términos del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).

Reconoció que los planchones, es decir, los insumos para fabricar los vehículos, aún no se manufacturan en el país, por lo que los acereros tendrán que invertir para que aquí se produzcan, ya que, de acuerdo con el T-MEC, se debe alcanzar un contenido regional de 70% en los próximos siete años.

Respecto al mercado interno, el representante de las armadoras señaló que la puesta en marcha del nuevo acuerdo comercial dará certidumbre a los inversionistas y consumidores, pues para el 2020 será un reto recuperar las ventas y producción de vehículos, principalmente.

“Todo indica que al cierre de 2019 terminaremos con 31 meses de caída en las ventas internas; mientras que en la producción también se prevé una baja, con cero crecimiento, pero que en niveles de valor aumentarán alrededor de 7%, una vez que el mayor mercado de exportación es Estados Unidos”, dijo.

Solís advirtió que el sector automotriz depende de los mercados mundiales, donde a la fecha todos se encuentran a la baja, por lo que esta firma sería un disparador al dar certidumbre a las variables macroeconómicas del país.

Posteriormente, vendría la recuperación de la industria con planes de financiamiento, adquisición de unidades nuevas, inversiones y hasta generación de empleos.