En México existe mercado para diversos servicios y el objetivo final es brindar la mayor variedad de sistemas de transporte para fomentar el turismo nacional e internacional. Las aerolíneas movilizan casi el 45% de las personas entre los aeropuertos de la República Mexicana, de acuerdo a la Dirección General de Aeronáutica Civil.
 
ADO tiene cobertura a más de 1,500 destinos dentro del Golfo, Sur, Sureste y Centro de México que son alcanzables gracias a una flotilla de cerca de 6,000 unidades. Además, ha renovado paulatinamente su parque vehicular para ofrecer servicios de excelencia, lo cual coloca a la empresa entre las preferidas de los viajeros no obstante que las líneas aéreas de bajo costo trabajan por ganar más pasaje.
 
Sin embargo, un eventual comparativo entre ambos servicios es subjetivo, pues las aerolíneas de bajo costo comparan sus precios más bajos contra el precio más alto de los autobuses, o sea, viajar en las versiones de lujo de cada marca. Esta “mínima” diferencia en los precios, como defienden las líneas aéreas, realmente representa una gran diferenciación en cuanto a la calidad del servicio, instalaciones, comodidad y amenidades, entre muchas cosas más.
 
En un ejercicio hipotético, una persona que desea viajar a un destino, sea cual sea, en un vuelo de “bajo costo”, y el autobús en la versión de lujo, pagaría en ambos casos alrededor de 1,000 pesos. El precio sería muy similar pero las diferencias existirían en los siguientes puntos:
 

Tiempo de llegada previo a la hora de salida: Para realizar un vuelo nacional, el cliente debe estar al menos hora y media antes de su vuelo, en comparación con media hora previa para abordar el autobús.

Puntualidad de la salida: Más del 95% de las corridas que salen diariamente de cualquiera de las terminales de autobuses, se hacen en el horario programado y sin retraso alguno. En lo mayoría de los aeropuertos el retraso es, como mínimo, de 20 minutos hasta horas.

Instalaciones: Las salas de espera en terminales terrestres tienen servicio de café y bebidas gratuitas, baños privados, televisiones, internet; y en algunos casos, hasta zona de juegos para niños. En los aeropuertos, las personas tienen que esperar en las áreas comunes.

Asientos / Comodidad: En el autobús las personas pueden elegir su lugar, mientras que en algunas aerolíneas esta opción tiene un costo o bien o se los asigna la aerolínea. Las versiones de lujo como ADO Platino, cuentan con asientos muy cómodos, reclinables tipo cama, almohada y cobijas, con pantalla individual y sistema de entretenimiento a bordo, internet gratuito, conexiones personales para poder cargar sus dispositivos móviles, servicio de café y bebidas gratuitas. En el caso de las aerolíneas, muchos asientos no son reclinables, no hay pantallas a bordo y hasta el consumo de una botella de agua tiene costo.

Equipaje: Si bien la nueva Ley de Aeropuertos del país ya permite que las personas viajen con al menos una maleta a bordo, “sin costo”; aún existen aerolíneas que cobran por cada maleta y tienen límites en cantidad y peso por persona. En el caso de los autobuses como la línea ADO Platino, no hay cobro extra por equipaje.