La empresa Corredor Insurgentes (CISA) mostró cómo fue la destrucción de cinco autobuses articulados Volvo B12, que formaron parte de la primera flota con la que se estrenó el servicio BRT en la Ciudad de México (CDMX), en la Línea 1 del Metrobús, la cual recorrieron durante 13 años por la ruta de Indios Verdes a El Caminero.
 
Francisco García Olvera, coordinador de Mantenimiento de CISA, explicó que este proceso se lleva a cabo con el fin de contar con unidades eficientes, sustentables y modernas para brindar un servicio diario a más de 600,000 personas.
 
Añadió que de 2017 hasta esta fecha han chatarrizado 22 vehículos, los cuales ya fueron sustituidos por 10 autobuses biarticulados Volvo y siete articulados de la marca Scania. Señaló que en este año tienen planificado deshacerse de las 60 unidades con las que empezó esta línea.
 
La destrucción de las unidades -con más de un millón de kilómetros- se llevó a cabo en Ecatepec, Estado de México, donde se encuentra instalada la compañía francesa Derichebourg Recycling, la cual también cuenta con infraestructura en Tultitlán, Estado de México e Iztapalapa, CDMX.
 
El proceso constó de cuatro etapas:
 
1.- Detección de radioactivos: En este paso, un detector determina que todo el material que conforma la unidad esté libre de radioactividad.
 
2.- Pesaje del vehículo: La empresa tienen básculas certificadas. Los autobuses de CISA pesaron alrededor de 18 toneladas.
 
3.- Drenaje de líquidos: Se retiran todos los fluidos que traen los buses, como combustible y lubricantes, y también la batería.
 
4.- Destrucción: Con una cizalla colocada en una grúa se va destruyendo la unidad. En este paso se separan los neumáticos y el resto del vehículo pasa por un molino que tritura todas los materiales.
 
Ismael Velázquez, gerente de Compras de Derichebourg Recycling, señaló que que los pasos para chatarrizar el vehículo se efectúan en aproximadamente en 40 minutos, dependiendo el tamaño del automotor.