Con una inversión de 1,600 millones euros, la compañía química busca comprar esta división para complementar su portafolio de plásticos industriales y ofrecer mayores soluciones para el sector transporte, el de construcción y el de consumo.
 
Con esta adquisición BASF mejoraría su acceso a los principales mercados de crecimiento en Asia y América del Sur y fortalecería la cadena de valor de poliamida. Este negocio se integraría en las divisiones Performance Materials y Monomers.
 
Ambas empresas ya han firmado un convenio para la transacción, sin embargo, está sujeta a las consultas y aprobaciones de los socios de Solvay, por lo que esperan que en el tercer trimestre de 2018 ya esté resuelta la negociación.
 
Actualmente la división de poliamidas de Solvay cuenta con 2,400 empleados alrededor del mundo, repartidos en 12 complejos de producción, cuatro centros de investigación y 10 instalaciones de soporte técnico.