La victoria de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha impactado el mercado accionario mexicano y de manera más pronunciada en la industria automotriz (autopartes), debido a la incertidumbre respecto de las posibles modificaciones al TLC (Tratado de Libre Comercio). Para el presidente electo de EU, el TLC pone en desventaja al país del norte frente a México y advirtió que buscaría mejorar las condiciones con aranceles a la importación de vehículos desde México o de lo contrario EU saldría del acuerdo.
En un estudio el Grupo Financiero BX+ indica que de darse una renegociación del TLC,  como lo quiere Trump, según sus promesas de campaña, probablemente no implique un reacomodo de la capacidad instalada e inversiones anunciadas en México ya que el proceso podría tomar más tiempo que el de la presidencia de Trump (cinco años).
La confianza en México por parte de las principales empresas automotrices se debe a la amplia trayectoria con décadas de experiencia, los más altos estándares de calidad y mano de obra calificada con la que cuenta el sector automotriz del país, convirtiéndonos en un jugador clave y en la mejor opción para entrar al mercado de Estados Unidos con una producción de menor costo, según concluye en un análisis de Grupo Financiero BX+.
Debido a los importantes volúmenes en la industria automotriz, y los altos costos de transportación, una planta de autopartes deberá localizarse estratégicamente cerca de una armadora por cuestiones de eficiencia y rentabilidad para no encarecer el proceso de producción, además los contratos para una autopartera tienen la misma duración de la plataforma del vehículo que va de entre seis y ocho años.
Las relaciones comerciales entre México y EU han dado pie al acelerado crecimiento de la industria automotriz de la mano de una fuerte relación con las armadoras, las cuales han hecho importantes inversiones en México. Durante los últimos 6 años, la inversión en plantas y ampliaciones a las mismas asciende a cerca de 30,000 millones de dólares. ?