La segunda etapa de flexibilización de los mercados de gasolinas y diesel empezó el 15 de junio en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el municipio de Gómez Palacio, Durango.
El cronograma de flexibilización empezó en los estados fronterizos del norte del país, por ser la región con mayor conectividad a diversas fuentes de suministro de combustibles. El sistema norte, donde inicia la segunda etapa de flexibilización, registra infraestructura con un sistema de transporte por ducto y 14 terminales de almacenamiento; 64 distribuidores y 2,210 estaciones de servicio distribuidas en toda la zona.
Uno de los objetivos de la flexibilización de los mercados de combustible es resolver el rezago acumulado generado por el modelo de proveedor único de combustibles que predominó en las últimas ocho décadas. Con este proceso de apertura de mercados se busca generar un entorno propicio para la inversión y un ambiente de competencia en beneficio de los consumidores.
Ante ese panorama, empresas con presencia internacional han manifestado su interés por incursionar en el mercado de combustibles en México, como la empresa British Petroleum (BP) que anunció la apertura de tres estaciones de servicio en la Ciudad de México y la compañía Costco abrió su primera estación en San Luis Potosí. Por su parte, Shell, ExxonMobil, Valero Energy y Glencore han hecho públicas sus expectativas de negocios para entrar al mercado mexicano, en tanto que, Oxxo Gas y Petro 7 han anunciado nuevas inversiones para expandir su presencia en nuestro país.
En materia de infraestructura de almacenamiento para petrolíferos, la Comisión Reguladora de Energía ha otorgado ya seis permisos a privados, lo cual representa una inversión superior a los 6,600 millones de pesos, y ha aprobado cuatro procedimientos de temporada abierta para proyectos privados relacionados con infraestructura de transporte por ducto.