Por su bajo impacto ambiental y características únicas, el Gas Natural Licuado (GNL) es una solución eficiente para el transporte. Con volumen que se reduce de 600 a 1 en su estado líquido, una combustión del 100%, reduce el riesgo de robo de combustible, garantizando un suministro seguro y confiable.
De acuerdo con Énestas, en la transición energética de México, el GNL se consolida como una opción destacada debido a su bajo impacto ambiental en comparación con otros combustibles fósiles.
La empresa mexicana se especializa en construir la infraestructura y logística necesaria para llevar de manera segura, ecológica y eficiente las materias primas y combustibles. Su objetivo es contribuir al desarrollo de sus clientes en donde se encuentren, a través de tres modelos de negocio: terminales, estaciones y comercialización por medio de ductos.
En este sentido, la compañía destaca que hacia una economía más limpia, contribuye a que, las flotillas de todo tipo de empresa y ubicadas en cualquier región del país, tengan acceso continuo al Gas Natural Licuado, facilitando la adopción de esta tecnología que las hace ser más eficientes y fomentando el crecimiento sostenible.
Carlos Boone, director de cadena de suministro en Énestas, subrayó: “El Gas Natural Licuado da la posibilidad a transportistas de almacenar más gas en menos espacio, los tractocamiones de GNL traen dos tanques de dos mil litros, brindando autonomía hasta de tres mil kilómetros, atendiendo la problemática de completar largas distancias, permitiendo trazar rutas y dejando de lado las preocupaciones de quedarse sin gas”.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) define al GNL como un combustible clave para el transporte hacia una menor huella de carbono entre una economía basada en fuentes fósiles y una limpia o renovable, ya que reduce las emisiones de CO2 hasta en un 25%. Además, según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), puede llegar a ser hasta un 50% más económico que los combustibles tradicionales.