Raloy Lubricantes está comprometido con el desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente. Desde 2024 la compañía apuesta por los envases ecológicos para sus productos.
Especialistas y directivos de Raloy decidieron incorporar a su proceso de producción una tecnología propia con base en un desarrollo ya existente que ayuda a que la degradación de estos desechos se haga en menos tiempo.
Así, los envases de los fluidos Raloy en presentaciones de uno, cinco y 19 litros ahora los fabrica el proveedor Thermofluidos, bajo el nuevo desarrollo Thermogreen.
“El proceso consiste en agregar un aditivo orgánico patentado por un tercero a nuestros envases de PEAD (Polietileno de Alta Densidad) que vuelve el material biodegradable, en condiciones anaeróbicas (como en rellenos sanitarios), aproximadamente en cinco años.
Este desarrollo está sustentado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) a través de la metodología estandarizada ASTM D5511-02 y la norma ISO 15985:2014, que garantizan la biodegradación anaerobia de nuestros envases, que, con base en las pruebas realizadas, se logró en 80%, en un lapso aproximado de dos años”.
La tecnología Thermogreen permite transformar los envases desechados en materia orgánica al degradarse, método distinto al de otras tecnologías que desintegran los materiales de envases en partes mínimas, las cuales permanecen en el medio ambiente.
Este desarrollo permite la biodegradación acelerada del recipiente hasta que éste llega al vertedero de desechos, no se degrada en condiciones ambientales normales, no tiene fecha de caducidad, ni se fragmenta, es decir, no forma microplásticos.
“Al producir lubricantes con estos envases biodegradables, en Raloy contribuimos a proteger el medio ambiente porque su tiempo de descomposición disminuye de forma considerable y el producto mantiene su misma calidad”.
Cabe destacar que el material de las botellas tiene las mismas propiedades que el plástico tradicional, la misma durabilidad, así como la misma resistencia (no cambia el grosor de sus paredes).
Diferencias con los envases tradicionales
La diferencia con los envases tradicionales de plástico es que al desecharse, su material repele el agua, mientras que los que contienen la tecnología Thermogreen atraen la humedad y microorganismos presentes en los tiraderos de residuos, que se mantienen ahí y al penetrar el material, secretan enzimas que atraen más organismos microscópicos que se alimentan del plástico, así lo descomponen y biodegradan.
Al final los envases se convierten en materia orgánica elemental que se puede transformar en energía y dióxido de carbono.
Además, el material de estos envases no se degrada mientras el producto esté almacenado en cajas o exhibido en anaqueles, ya que aún con la adición de este aditivo sus propiedades físicas y químicas no se alteran, por lo que tendrán la misma resistencia para garantizar su buen almacenamiento.
El proceso de biodegradabilidad comenzará solo cuando no haya oxígeno en el ambiente (condiciones anaeróbicas como en rellenos sanitarios), por lo que el usuario podrá tener la tranquilidad de que su lubricante estará almacenado de manera adecuada.
El desarrollo de la tecnología Thermogreen forma parte de la estrategia de sostenibilidad de Raloy, que abarca otras acciones como operar bajo el estándar ISO 14001:2015 de Gestión Ambiental.
Un ejemplo a seguir considertando que en México se generan alrededor de 15,000 toneladas de envases plásticos al día, según cifras del Área de Investigación de Tecnologías Sustentables del Departamento de Energía de la Unidad Azcapotzalco de la UAM., los cuales tardan en degradarse más de 100 años y terminan enterrados en rellenos sanitarios o basureros clandestinos.