El Puerto de Altamira movilizó 17.8 millones de toneladas durante el año pasado, y a pesar de las adversidades registradas derivadas de la pandemia, mantiene sus operaciones de forma constante.

Además, atendió a mil 705 embarcaciones distribuidas entre los cinco tipos de carga que se mueven por el puerto.

En la carga contenerizada se logró un acumulado de 6.8 millones de toneladas, movilizadas a través de las dos terminales especializadas con las que cuenta el Puerto, alcanzando un total de 762 mil 320 TEUS operados durante el año, destacando el movimiento de productos como autopartes, maderas y resinas que son dirigidos a la industria automotriz y petroquímica.

Una de las cargas que mejor rendimiento presentó durante el año fue la carga granel mineral, en la que se registró un movimiento de 4.4 millones de toneladas, con productos como ilmenita, coque, fluorita y carbón mineral.

Los fluidos petroquímicos registraron un movimiento de 3.3 millones de toneladas, este producto tiene gran demanda en la zona principalmente por la importación de las materias primas utilizadas en las plantas petroquímicas instaladas dentro del complejo industrial del Puerto.

En el movimiento de carga general suelta se registró en el Puerto Altamira un acumulado de 2.5 millones de toneladas, dentro de este tipo de carga destaca el movimiento de placas y rollos de acero, piezas sobredimensionadas como generadores eléctricos o torres eólicas y el movimiento de vehículos terminados, estos últimos con un registro de 288 mil 607 unidades de armadoras como KIA, Mercedes Benz, GMC y recientemente Nissan.

Y finalmente los graneles agrícolas, esta línea de negocio tuvo un gran año al registrar un crecimiento del 41% en comparación con 2019, esta carga fue operada a través de la terminal especializada ubicada en el Puerto donde se movilizaron 785 mil toneladas, destacando la importación de productos como arroz y maíz.

Es así como el Puerto de Altamira cierra el año 2020, un año que demandó cambiar y modificar los procedimientos con los que tradicionalmente se operaba para adaptarse a esta nueva normalidad permitiendo que el dinamismo e inercia del Puerto no se detuviera, garantizando de esta forma una operación continua y al servicio del comercio exterior.