El incremento en el porcentaje de componentes en dicha normativa del Tratado México, Estados Unidos y Canadá, y el tiempo de transición que se establece para lograr el objetivo del acuerdo comercial, son objetivos alcanzables pero se requiere del esfuerzo e inversión de los involucrados, considera Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).
Representantes de la industria automotriz se reunieron con la Comisión de Economía presidida por el senador Gustavo Madero, como parte del proceso de análisis que lleva dicha instancia legislativa y previo a la ratificación del tratado que realizará el Senado de la República. Ahí, el dirigente de ANPACT agregó que para lograr lo señalado se tiene que trabajar con la cadena de proveeduría para lograr las metas estipuladas.
En vehículos pesados existe la posibilidad de cumplir con el 45% de valor del contenido regional, precisó.
En autos se indica un 2.5% de arancel para aquellos que no cuenten con los componentes de la regla.
Las reglas establecen que la producción automotriz debe cumplir con un contenido regional del 75% para comercializarse libremente y el 40% del costo del vehículo deberá provenir de plantas que paguen salarios de 16 dólares la hora. Además, el 70% del acero y el aluminio que se utilice debe ser de los socios de la región y siete componentes principales del automóvil tienen que ser manufacturados en la zona.
Eduardo Solís, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), dijo que la nueva regla de origen va a significar cambios estructurales que para algunas de las marcas, que ni con la transición van a poder cumplir. Se tendrán periodos en los que algunos modelos tendrán que pagar el arancel del 2.5 por ciento.
En la asociación “hay marcas con mayor facilidad para cumplir la regla y otras que no, como las que están más integradas al mercado europeo y otras vinculadas a Asia. Necesitamos trabajar con la Secretaría de Economía para que aquellas que tendrán dificultades puedan estar lo antes posible ahí para cumplir con esta regla de origen dura”, destacó.
Óscar Albín Santos, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes, manifestó que este sector fue menos afectado, sin embargo no será fácil subir del 60 al 75 por ciento, pues requieren inversión para alcanzar el contenido necesario. Además, el tiempo de transición de tres años es muy corto.
Lizette Gracida, gerente de relaciones gubernamentales y comercio exterior de Toyota México, señaló que las reglas de origen deben mantener un balance, sin ser muy laxas ni muy estrictas. Si son laxas permiten que entren jugadores que no aportan a las economías y si son muy restrictivas van a limitar la capacidad de las empresas.
Por su lado, el senador Gustavo Madero consideró que las reglas de origen pueden ser una oportunidad para seguir impulsando mayor integración de los países que integra el acuerdo comercial. Por ejemplo, la industria maquiladora en Chihuahua no ha rebasado el 5% de integración nacional. México es muy dependiente y se necesita mayor diversificación.
La directora general adjunta de Comercio Internacional de Bienes, de la Secretaría de Economía, Miroslava Pérez, dijo que en las prioridades de la negociación está fortalecer la competitividad de América del Norte, avanzar en un comercio inclusivo para que más Pequeñas y Medianas Empresas participen en procesos manufactureros y promover la certidumbre para que las empresas tengan reglas claras.