ESTOCOLMO, Suecia.– Cummins está listo para cumplir con el siguiente paso del control de emisiones Euro VI en Europa, con los motores a diesel que ahora cuentan con la estricta certificación de la Fase D, que es resultado de un programa de desarrollo y prueba de dos años.

Los motores B4.5, B6.7 y L9 con un rango de 150 a 400 hp (112-298 kW) para aplicaciones de autobuses urbanos y foráneos de turismo entrarán en producción total en las instalaciones de Cummins Darlington en el Reino Unido antes de que la certificación Phase-D entre en vigencia, el 1 de septiembre de 2019.

Los motores serán introducidos por Cummins en la Cumbre Mundial de Transporte Público de la UITP, a celebrarse en Estocolmo, Suecia de 9 al 12 de junio, con la garantía de que los motores Euro VI Fase D logran emisiones más cercanas a cero, lo que representa un paso gradual hacia las regulaciones del Euro VII, que se prevé surtan efecto después de 2025.

Las regulaciones de la Fase D son particularmente relevantes para la operación de autobuses, ya que se centran en límites de control más estrictos para las emisiones de Óxidos de Nitrógeno (NOx), en ciudades de baja velocidad, así como en condiciones de arranque frío del motor.

Además de la verificación en bancos de prueba, las regulaciones de la Fase D requieren pruebas en carretera para capturar mediciones del mundo real con otro tipo de factores como el tipo de conducción.

Las pruebas basadas en el ciclo de trabajo que utilizan sistemas de Medición de Emisiones Portátiles de alta precisión (PEM, por sus siglas en inglés) instalados en autobuses propulsados ​​por Cummins han indicado una reducción del 25% en las emisiones de NOx, en comparación con los motores de Fase A cuando se introdujo el Euro VI en 2015.

El beneficio de la certificación de la Fase D, con emisiones más cercanas a cero, se extenderá a las versiones híbridas adaptadas de los motores Cummins B4.5 y B6.7, que se utilizan ampliamente y continuarán ayudando a los fabricantes de autobuses en toda Europa en el camino hacia la electrificación y la descarbonización de la flota.

Cuando se integran dentro de una línea de transmisión diesel-eléctrica, los motores diesel limpios de 4.5 y 6.7 litros pueden reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2 relacionadas hasta en un 33 por ciento.