Renueva CISA unidades del Metrobús; chatarriza 4

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Grupo CISA lleva a cabo la renovación de 20 unidades del Sistema Metrobús de la Ciudad de México, que concluyeron su vida útil; en su lugar se incorpora, de manera paulatina, una nueva flota de autobuses Volvo modelo 7300, con tecnología Euro V, que les permite ser amigables con el medio ambiente.

Al mismo tiempo, Grupo CISA envió a chatarrización cuatro autobuses articulados norma Euro IV. A la fecha, 78 vehículos con, al menos, 10 años de antigüedad y más de un millón de kilómetros recorridos han sido chatarrizadas.

En sustitución de las cuatro unidades destruidas, entrarán en circulación cuatro autobuses biarticulados Euro V, lo que significa que “cuentan con mejor tecnología de bajas emisiones y son amigables con el ambiente, más seguros y de mayor capacidad”, destacó el presidente y director general de CISA, Jesús Padilla Zenteno.

Las unidades admiten de 160 a 240 pasajeros.

Según Padilla Zenteno, las 16 unidades restantes serán chatarrizadas de forma paulatina durante las primeras semanas del 2023, para evitar afectar a los usuarios del sistema y, siempre, atendiendo a la normatividad que marca el órgano regulador Metrobús.

Renueva CISA unidades del Metrobús; chatarriza 4

El proceso de chatarrización se llevó a cabo en Recicladora Derichebourg Recycling México, ubicada en avenida de las Torres s/n colonia Industrial Cerro Gordo, en Ecatepec, Estado de México, según informó Héctor Bolaños, jefe de taller de Grupo CISA.

Agregó que “la destrucción garantiza que no se van a reutilizar estos autobuses y que tienen un confinamiento final, como son los metales, neumáticos y aceites, lo cual es una iniciativa de CISA para llevar a cabo la renovación y destrucción para mejorar el servicio”.

Explicó que el proceso de chatarrización inicia pasando las unidades por detectores para verificar que todos los materiales que entran estén libres de radioactividad; posteriormente se hace el pesaje para después llevar el vehículo a la planta de drenado, que es en donde se retiran todos los fluidos: aceite, lubricante, combustible. También se retiran las baterías, de ser el caso.

Entonces, los vehículos pasan a la destrucción, que en este caso se lleva a cabo con una cizalla, superpuesta en una grúa, posteriormente se les quitan las llantas y para finalizar las unidades entran al molino para aplastamiento total.

Es importante señalar, dijo, que todo el material es posteriormente separado y reutilizado por las industrias metalúrgica y siderúrgica. En el caso de los materiales ahulados, como las llantas y protección de ventanas y puertas, se utilizan para la construcción de asfalto y pistas de trotamiento, entre otros usos.

 

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