En las rondas de negociación con Estados Unidos para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México busca mantener la apertura comercial que hay actualmente en materia de autotransporte. La United States Trade Representative (USTR), Oficina del Representante Comercial de EU, ha solicitado eliminar el transporte de carga transfronterizo, propuesta que nuestro gobierno rechazó y en respuesta pidió la creación de un comité en este rubro para atender los requerimientos del sector.
«Lo que estamos buscando es preservar la apertura comercial que tenemos hoy por hoy en el sector de servicios, incluyendo los cuatro servicios de transporte de carga; estamos buscando fortalecer las aduanas que nos va a permitir que el transporte sea mucho más eficiente, evitar los aglutinamientos en las fronteras, acelerar el procedimiento aduanero, incluso a través de aduanas conjuntas, simplificadas, uso de mecanismos o técnicas electrónicas mucho más eficientes», comentó Salvador Behar Lavalle, jefe negociador adjunto para el proceso de modernización del TLCAN.
Durante su participación en el 7º Foro Internacional «México, Plataforma Logística de América: Transporte y Competitividad en México», del Consejo Mexicano del Transporte (CMET), expuso la importancia del transporte para el comercio México-Estados Unidos:
El camión es el principal medio de transporte de mercancías entre ambos países.
Durante 2017 el 73% del total del comercio se movió en camiones, es decir 383,000 millones de dólares.
El comercio trilateral se ha triplicado superando los mil millones de dólares.
México es un socio estratégico para EU pues más del 40% del valor agregado de las exportaciones mexicanas proviene del vecino país.
A diario se comercian 2.9 mil millones de dólares entre ambos países por la frontera.
De los más de un millón de cruces que se hacen legalmente a diario, cerca de 300,000 son de vehículos en general y de éstos, el 70% son de carga.
Al referirse a las reglas de origen y su negociación en este proceso, dijo que el gobierno mexicano trata de mantenerlas sin cambio y advirtió que si se terminara el Tratado se romperían las cadenas de suministro en la industria automotriz, lo que elevaría los precios de los autos, por ejemplo.