El costo económico por accidentes de tránsito en México representa 1.7% del Producto Interno Bruto, cerca de 150 mil millones de pesos, estimó Jorge Jacobo, country manager de la empresa CEPA Safe Drive, al arrancar la segunda edición del Congreso Nacional de Seguridad Vial de Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP).
 
El especialista detalló que el costo promedio para las empresas, por cada siniestro, es de alrededor de 100 mil pesos, con una afectación principalmente en la productividad y gastos elevados para reparaciones y pagos de grúas y corralones.
 
El especialista de la empresa especializada en prevención de accidentes, mostró algunos datos relevantes en la conferencia sobre “Los costos de un accidente vial en el transporte de carga” y enlistó una serie de factores que se pueden controlar antes de que ocurra un siniestro y que elevan la seguridad vial:  Evaluación, inducción y capacitación a los miembros de la flotilla; gestión del comportamiento de las personas a través de seguimientos; administración del tiempo de viaje con base en la NOM-087, entre otros.
 
Factores que influyen en los accidentes
 
En los siniestros ocurridos en carreteras federales del país, la causa número uno es atribuible al conductor, es decir al 77.26% de los accidentes ocurridos; en 5.36% al vehículo; en 3.71% a la vía de comunicación y 0.24% a factores ambientales, de acuerdo a estadísticas del Instituto Mexicano del Transporte (IMT).
 
En el panel “El factor humano en la conducción de un vehículo de carga”, moderado por Francisco Kim, vicepresidente de la ANTP,  Alberto Mendoza Díaz, coordinador nacional de operaciones del organismo dependiente de la SCT, afirmó que en la raíz de este problema se encuentran los siguientes factores:

una población relativamente joven.

79% de población se encuentra en ciudades.

Creciente parque vehicular, con un aumento muy elevado en motocicletas, las cuales ahora son el 7% de la flota vehicular total.

 
Por su lado, Rufino H. León, Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), subrayó que la somnolencia en los conductores ha jugado un factor preponderante en el índice de hechos de tránsito, en vialidades primarias, secundarias y mayormente en vías exprés (autopistas, carreteras, vías de acceso controlado), lo que debe considerarse para propiciar elementos que fortalezcan seguridad para todos.
 
Al referirse a la seguridad vial y los trastornos del sueño, dijo que en las ciudades, no obstante que la mayoría de los traslados son relativamente cortos, el tráfico genera estrés y se combina con el cansancio por el trabajo o la digestión después de comer.
 
El INEGI en 2016 registró 360,051 accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas, de los cuales 327,706 fueron a causa del conductor, siendo los principales factores de accidentes en el siguiente orden conforme su frecuencia:
 

Conducción bajo efectos del alcohol, medicinas y estupefacientes.

Maniobras imprudentes y de omisión por el conductor.

Conducción con fatiga, cansancio o sueño.

Salud física del conductor.

 
La somnolencia en el volante disminuye la capacidad de tomar decisiones, la agilidad motriz y se presentan alteraciones en la percepción del entorno e incrementa el tiempo de reacción.
 
Por lo anterior, presentó una serie de recomendaciones aumentar las acciones de seguridad vial, como incrementar las multas por conductas inapropiadas de manejo como invasión de carril, vueltas prohibidas, no respetas las fases de los semáforos; privilegiar el tránsito de peatones, ciclistas y personas vulnerables; realizar operativos en zonas identificadas con alto índice de accidentes; establecer lugares seguros de descanso en autopistas y carreteras; corregir y mejorar la señalización horizontal y vertical, dar luminosidad en los altos, vueltas prohibidas, zonas peatonales.