Aportaciones del nearshoring al transporte refrigerado

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El nearshoring puede aportar grandes beneficios al transporte refrigerado y ayudar a las empresas a superar desafíos, como reducir el riesgo de daños y fluctuaciones de temperatura, así como cumplir más fácilmente con las normas de seguridad alimentaria.

Para Thermo King, existen varias formas en las que el nearshoring puede beneficiar al transporte refrigerado.

En primer lugar, puede contribuir a reducir los costos de transporte. Cuando los bienes se transportan a largas distancias, están sujetos a una serie de factores que pueden aumentar los costos, como los precios del combustible, los aranceles aduaneros y las primas de seguros.

Además, al transportar bienes por largas distancias, es más probable que se enfrenten a retrasos debido a imprevistos, como los fenómenos meteorológicos.

A través de la relocalización de las plantas de producción, las empresas pueden mejorar la estrategia de distribución y reducir la distancia que deben recorrer las mercancías, lo que se traduce en ahorros significativos y disminución de riesgos.

Por otro lado, el nearshoring puede mejorar la eficiencia operativa, ya que cuando los bienes se fabrican o procesan más cerca de su destino final, hay menos necesidad de almacenamiento y manejo de inventario.

Aportaciones del nearshoring al transporte refrigerado

Esto puede conducir a una cadena de suministro más optimizada y a reducir el desperdicio de alimentos y las emisiones de carbono, como señaló José Carlos Gómez, director de ventas LAR Norte de Thermo King.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que nunca se consumieron, por lo que es importante mantener los alimentos y productos perecederos transportados seguros y frescos.

Por otra parte, en México, según cifras del Banco de Alimentos de México (BAMX), aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el país se desperdician.

Esta cifra equivale a una pérdida de 38 toneladas por minuto, una cantidad significativa que podría haber sido utilizada para alimentar a 25.5 millones de personas que sufren de carencia alimentaria.

 

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