Ante el crecimiento del parque vehicular eléctrico en el transporte de carga y de pasaje en México, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), precisó algunas recomendaciones básicas para que las empresas puedan transitar a la electromovilidad de manera confiable.

Francisco Javier García Osorio, director de gestión para la eficiencia energética, mencionó que la electrificación de las flotas debe incluir un plan que comienza con el análisis sobre el costo inicial de las unidades; los costos energéticos, la autonomía y los costos de mantenimiento.

La elección de un vehículo dependerá del tonelaje de carga útil que se requiera, entre otros aspectos, además de tecnologías de conectividad y telemática.

El experto precisó que hay variables de rendimiento y carga que deben ocupar mayor atención como son la potencia, el torque y consumos específicos.

En su opinión, el mayor crecimiento de la flota eléctrica seguirá en vehículos de transporte público y de última milla con el objetivo de reducir emisiones contaminantes y que las empresas puedan seguir siendo competitivas en las grandes ciudades.

Otro nicho de mercado para los vehículos eléctricos son los puertos por sus actividades de traslado en cortas distancias.

En el seminario organizado por la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México (Sedeco CDMX), el ingeniero García Osorio explicó la relevancia de hacer un plan de las condiciones que existen para la carga de los vehículos y una prospectiva de las estaciones públicas y privadas para ese fin.

También mencionó las ventajas de los cargadores de corriente alterna y de la corriente continua, la cual será más común en las autopistas porque las recargas podrán ser más rápidas. Este tipo de recarga, sin embargo, provoca el desgaste de la batería hasta en un 30% más rápido.

Otro aspecto por considerar es que, actualmente, la mayoría de las estaciones de recarga son gratuitas, pero a mediano plazo se debe considerar esta inversión.

Javier García Osorio señaló que los vehículos eléctricos pueden acelerar y alcanzar altas velocidades más rápido que un vehículo de combustión interna, aunque esa cualidades implican mayor consumo de energía.