Debido a diversos factores, en México no hay una cultura de la renovación vehicular sino una tendencia a conservar las unidades por tradición, lo cual se ve reflejado en el aumento de la edad promedio de la flota que es ahora de 19 años, aunado a la falta de financiamiento para micro y pequeños transportistas, y de incentivos para modernizar la flota. Con lo anterior, se transita con varios obstáculos hacia un transporte verde.

En el segundo día de actividades del DHL Transportation Forum 2021, Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), expuso la situación actual y los obstáculos a los que se enfrenta la modernización vehicular en el país y su perspectiva de cómo se transita hacia vehículos más limpios para disminuir los contaminantes.

“Si tenemos al día de hoy una edad promedio de la flota, de más de 19 años, eso quiere decir que por cada vehículo nuevo está circulando un vehículo de 38 años”, enfatizó.

Consideró que el diesel es el combustible que predominará en los próximos años, sobre todo por la falta del Diesel de Ultra Bajo Azufre (DUBA) y a esto se le añade que no hay una cultura de renovación de la flota, sin embargo, estima que habrá mayor presencia de biocombustibles, combustibles sintéticos, vehículos a gas natural, híbridos y eléctricos, así como unidades con celdas de hidrógeno. 

Para Miguel Elizalde, para la transición hacia un transporte verde, lo que se requiere para avanzar en esta transición es infraestructura energética, tanto de disposición de DUBA, como electrolineras, estaciones de gas natural, por ejemplo.

En cuestión de apoyos para la adquisición de vehículos nuevos, resaltó que en México el gran reto es el financiamiento e incentivos verdes para los micro y pequeños empresarios, que constituyen el 80% de las 140 mil empresas transportistas registradas ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Además, es recomendable fomentar el mercado secundario.

 Dijo que a la par, se va registrando un cambio tecnológico en la logística con aspectos como carga automatizada, drones en el reparto, robots en la misma carga, que va a exigir otro tipo de  vehículos de última milla. 

“La industria automotriz de vehículos pesados es parte de la solución y una parte muy importante. Hemos invertido muchos recursos, muchos, no días ni semanas, sino años en obtener estas tecnologías que son las más avanzadas”.

Reiteró que la solución integral para la renovación vehicular incluye: incentivos verdes, financiamiento, profesionalización al micro y pequeño empresario; actualización y supervisión del marco regulatorio”.

Por su parte, Rodolfo Hernández, responsable de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad en Scania México, opinó que en cinco años no habrá todo tipo de vehículos eléctricos y van a seguir principalmente aquellos con combustibles fósiles.

La transición será gradual, conforme se vaya desarrollando la infraestructura energética y la tecnología en baterías, por ejemplo.

En el panel “La transición hacia un transporte verde”, explicó que para lograr este cambio debe haber una interacción entre el fabricante de los vehículos, el usuario del transporte y los proveedores de infraestructura y energía.

“No esperemos un día mágico en que todos los vehículos sean eléctricos y no contaminen, no va a pasar”, por lo cual hay que apostarle ahora a las tecnologías más asequibles como el gas natural, expuso.