Después de varias semanas del programa Diálogos por la recuperación, la resiliencia y la equidad, el World Resource Instititute México (WRI México), concluyó que la pandemia de COVID-19 ha dejado ver grandes problemáticas que ya aquejaban al mundo y particularmente a México, en materia de transporte, salud, energías limpias, financiamiento, infraestructura, movilidad y cambio climático.

El organismo y cerca de 200 ponentes analizaron la situación actual de provisión de agua; alimentos; cuidados de los bosques; clima; economía; energía; financiamiento; género;  gobernanza y negocios. En resultado de los diálogos fue la propuesta de una revolución sostenible basada en nuevos contratos sociales que definan la participación más activa de la sociedad, los gobiernos y la iniciativa privada.

De manera particular, se mencionó la necesidad de proponer soluciones integrales con total respeto a la naturaleza. En movilidad, se destacó el uso de las bicicletas como opción limpia y el diseño de infraestructura para este medio de transporte, así como finanzas verdes para superar la crisis del transporte público.

En los análisis sobre movilidad se destacó el gran nivel de resiliencia que ha mostrado el transporte de carga en la pandemia, aunque se propuso seguir la reestructura en el sector con la renovación vehicular para favorecer el medio ambiente.

Las energías renovables ofrecen tres empleos por cada uno registrado en las energías fósiles, señaló Amy Clemitshaw, embajadora adjunta de Reino Unido en México, lo que subraya el camino que se debe buscar en el futuro en industrias y transporte.

El impacto de la pandemia ha obligado a gobiernos estatales y municipales a buscar sus propias soluciones, lo cual también fija una ruta de capacitación para los servidores públicos y la apertura real de rendición de cuentas; de inversiones gubernamentales para impulsar nuevas empresas de manera local, además de servicios básicos de seguridad y salud.

Adriana Lobo, directora ejecutiva de WRI México, señaló: Esta crisis obliga a ciudadanos, políticos, académicos, financieros, ONG y dirigentes empresariales a embarcarnos colectivamente en un viaje de transformación que nos lleve a un nuevo contrato social basado en el compromiso de aumentar el apoyo a los más vulnerables, la protección de los sistemas naturales de los que todos dependemos y una acción colectiva más eficaz para hacer frente a las amenazas comunes.